Las estrías pueden aparecer por múltiples razones afectando no sólo al sexo femenino. Se calcula que un 60 % de los nuestros niños y niñas presentaran estrías en alguna parte de su cuerpo durante la etapa de desarrollo conocida como “estirón de la adolescencia”. Estas alteraciones de piel se presentan con mayor frecuencia en mamas, abdomen, caderas, glúteos, muslos y cara interna de los brazos. 50 al 90% de las mujeres embarazadas también desarrollan estrías. Por supuesto la pubertad y el embarazo no son las únicas causas y también queda claro que no es sólo un padecimiento “de mujeres”, los hombres también sufren de estrías y en ellos son más frecuentes las transversales ubicadas a nivel de la espalda.

Las estrías son atrofias cutáneas en forma de líneas, consecuencia de una alteración en la función de los fibroblastos, de las fibras de elastina y de colágeno, las cuales son las encargadas de dar consistencia y firmeza a la piel. Si estas fibras se rompen debido a una constitución defectuosa y/o al estiramiento brusco, aparecen marcas longitudinales que inicialmente (estrías recientes) tienen un color púrpura, rosado y luego de algunas semanas se tornan blanquecinas y brillantes, dando la impresión de que la piel se ha rasgado, sintiéndose al tacto fina y adelgazada. Durante este proceso algunos pacientes pueden manifestar picazón (prurito) o sensación de ardor.

Medicamentos a base de esteroides ingeridos por vía oral o aplicados sobre la piel, aumento repentino y excesivo de peso ¹, crecimiento rápido (estirón de la adolescencia), desarrollo muscular exagerado (físico culturismo),  enfermedades endocrinas o cambios hormonales, herencia y la raza, son factores que predisponen la aparición de estrías.

Estas lesiones de piel se han convertido en uno de los principales problemas estéticos de nuestro siglo, ya que no existen productos o procedimientos que logren eliminarlas en un 100%, sólo el bisturí de la cirugía plástica puede hacerlas desaparecer totalmente al eliminar la piel que ha sido afectada, como cuando se realizan las dermolipectomias. El avance de las investigaciones con equipos laser ha abierto una ventana de esperanza para pacientes con estrías ya que si bien no se logra su desaparición total, sí hay evidencia de notable mejoría en el aspecto de las mismas.

A  pesar de que algunos factores como la tendencia familiar, el crecimiento o desarrollo y el embarazo sean inevitables, hay formas de prevenirlas y de atenuar su apariencia. Una alimentación sana, natural y balanceada con alimentos ricos en vitaminas y proteínas de alto valor biológico; cuidados generales de la piel, que incluyan el uso cotidiano de detergentes sintéticos (Syndets) o sustitutos del jabón para baño diario, humectantes relipidizantes de la piel y protectores solares; realizar ejercicios físicos para mantener el peso ideal, evitando dietas milagrosas y la ingesta de abundantes líquidos caseros sin azúcar, en especial agua, son elementos indispensables para conservar la piel sana.

Además de ello la piel se beneficiará con la utilización de productos que estimulen la producción de colágeno y elastina, que constituyen las proteínas estructurales más importantes del tejido conectivo de la dermis; para lo cual la industria farmacéutica ha desarrollado tratamientos corporales en forma de cremas, lociones, geles y vendas, especialmente diseñadas para tratar este padecimiento. Estos productos usados con regularidad ayudan a prevenir la aparición y a reducir la apariencia de las estrías ya formadas.

Por otro lado existen tratamientos con diversos tipos de laser que mejoran las cicatrices y estrías, estimulando la producción de colágeno ²`³.

1.- Yosipovitch G, DeVore A, Dawn A. Obesity and the skin: skin physiology and skin manifestations of obesity. J Am Acad Dermatol. 2007 Oct;57(4):730.

 

2.- McDaniel DH. Laser therapy of stretch marks. Dermatol Clin. 2002;20:67-76.

 

3.- Suh DH, Chang KY, Son HC, Ryu JH, Lee SJ, Song KY. Radiofrequency and 585-nm pulsed dye laser treatment of striae distensae: a report of 37 Asian patients. Dermatol Surg. Jan 2007;33(1):29-34.